En los frenos de tambor la acción frenante se consigue por efecto del rozamiento que se desarrolla al entrar en contacto la superficie interior del tambor, solidario con las ruedas, y la superficie exterior de las zapatas, unidas a las partes fijas del vehículo.
Generalmente, existen 2 zapatas por cada freno; no obstante, se han construido frenos de tambor con un número de zapatas superior, por ejemplo, los frenos delanteros con 3 zapatas del Alfa Romeo 512 (1940) y los frenos con 4 zapatas empleados en el Cisitalia-Porsche (1947).